miércoles, 3 de agosto de 2011

El Caballo

Descripción

El aspecto general de un asturcón es el de un poni ágil, armonioso además de fuerte y resistente. Su capa es de color negro, aunque a primera vista el asturcón invernal presenta una apariencia totalmente diferente a la estival. Su adaptación a los rigores de la montaña provoca que durante la época fría el animal se recubra de una capa de pelo de color castaño que le protege.
Su cabeza es pequeña, de perfil ligeramente cóncavo y rematada por amplios ollares. Los ojos son negros, grandes y vivaces. Las orejas, pequeñas y de una gran movilidad, flanquean una despejada frente cubierta por un tupido fleco. Un cuello de mediana longitud, algo arqueado en los machos, del que se precipitan una densa y prolongada cascada de crines.
Tiene espaldas muy inclinadas, grupa también inclinada y nunca doble con una cola de abundante pilosidad. Un amplio arco costal con un frente pectoral de musculatura bien definida reposan sobre unas extremidades finas con cascos pequeños y redondeados muy resistentes. Su alzada media es de 1,25 metros dependiendo en gran manera del sistema de cría.
Hábitat y Distribución
El asturcón forma parte de una amplia familia de ponis que se conservan en el denominado Arco Atlántico, la franja del litoral oceánico que va de Portugal a Escocia y que comprende España, Francia, Inglaterra, Gales e Irlanda. En total hay reconocidas nueve razas de caracteristicas similares: Garrano, Asturcón, Pottok, Dartmoor, Exmoor, Gales, Connemara, Shetland y Highland, muchas de las cuales se han extendido por el mundo dada sus características.
Las condiciones naturales de Asturias, una región montañosa y abrupta, de comunicaciones difíciles hasta el siglo XX, ha sido una circunstancia de doble filo para el asturcón. Por una parte protegió la pureza racial, impidiendo cruces que le hicieran perder las señas de identidad, pero, por otra, limitó su divulgación y salida al exterior, pese a las enormes virtudes que atesora.
El impulso de la conciencia ecologista de los años 80, precedida por las iniciativas particulares y el esfuerzo de organizaciones emergentes, como la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA), logró frenar a tiempo la vertiginosa caída del poni que llevaba camino de convertirse en una desaparición cierta. Su recuperación es hoy un éxito. La Asociacción de Criadores de Ponis de Raza Asturcón (ACPRA) legitima con su actividad el renacimiento de este poni.
En la actualidad el asturcón sigue con una vida dura en el monte, pero empieza a extenderse su crecimiento en fincas de cría, donde el cuidado humano permite la selección y el desarrollo de los mejores ejemplares.
Reproducción
Con la llegada de la primavera se producen los alumbramientos de los nuevos potros. Despues de una gestación de once meses, entre ellos los de invierno, las yeguas que van a parir se separan del "corru" y buscan un lugar protegido y tranquilo en el que tumbarse. Allí nace el nuevo asturcón tras un momento mágico que apenas dura unos minutos y que siempre se produce durante la noche. Es así como la yegua reduce sustancialmente la posibilidad de ser descubierta por alguno de sus enemigos.
A diferencia de otros animales, los potros se desarrollan muy rapidamente, hasta el extremo que pocas horas después de ver la luz ya pueden trotar al lado de la yegua.
Nueve días después del parto, las yeguas entran en celo, llegando a criar con frecuencia hasta los veinticinco años de vida, lo que nos ofrece un testimonio rotundo de su fortaleza.
Costumbres
Las condiciones naturales han favorecido el desarrollo de algunas de las singularidades de la especie. Es el caso, por ejemplo, de lo que se llama popularmente el "corru" que denomina la formación de manadas de asturcones.
El origen de esa denominación se debe a la actitud colectiva de los caballos frente al ataque y el hostigamiento que han sufrido históricamente de los lobos. Las manadas sueltas por los profundos valles o las intrincadas montañas han ido adaptándose al medio y a los peligros externos. De ese modo el grupo de asturcones se situa en círculo con las grupas hacia el interior del mismo y las cabezas hacía el exterior. Así defienden mediante manotazos, a sus crías protegidas en el interior del "corru".
El asturcón es uno de los ponis más antiguos y puros del mundo. El primer testimonio de su existencia está recogido en el año 80 a. de C. Ya entonces se valoraba de modo especial por su velocidad y por su valor en combate. También por la suavidad de su paso.
Aunque su uso tradicional esta relacionado con las tareas agrícolas a lo largo de estos siglos, también fueron comercializados para otras tareas. Por ejemplo fueron utilizados en París para el tiro de pequeños carruajes en el siglo XIX.
Hoy también se defienden en la actividad deportiva. Varios asturcones se han proclamado campeones de España de equitación en diferentes modalidades durante los últimos años.
Una vez domados se les observa un temperamento excelente, muy noble. Son un poni ideal para los niños. Muestran de forma natural unos aires vistosos y característicos, junto con un vigor desproporcionadamente alto para su tamaño. Su acción es suave, sencilla y muy cómoda, a lo que hay que añadir su disposición natural para el salto. Con el arnés, dada su fortaleza, demuestran aptitudes excepcionales.
Recomendación de un buen blog de caballos.      http://blogcaballolauralope.blogspot.com/

domingo, 31 de julio de 2011



Características

La lechuza común tiene el plumaje pardo dorado claro. Su rostro es movible, permitiéndole hacer gestos que constituyen una mímica para nosotros incomprensible que incluye varias expresiones, que nosotros percibimos como muecas. En reposo la lechuza tiene un semblante grave. Los ojos, totalmente negros, destacan mucho sobre el plumón blanco de la cara, que es muy característica por su forma acorazonada.
Tiene las alas largas, relativamente puntiagudas, con una envergadura de alrededor de 90 cm.
Sus gritos se pueden describir como ronquidos, quejidos y estertores.
Es activa exclusivamente de noche.

Hábitat
La lechuza común habita en todo el globo, principalmente en los trópicos. En Europa le gusta vivir cerca de los hombres, incubando en las torres de las iglesias, graneros agrícolas, ruinas y otras edificaciones solitarias.
A las poblaciones españolas, que son residentes, se unen durante el invierno aves de otras regiones de Europa.
Su área de distribución se extiende por toda la Península y las Islas Baleares y Canarias.
Reproducción
El período de cría es en mayo, aunque en el sur se inicia en abril e incluso antes.
Los huevos se depositan sobre el suelo, siempre en el ángulo más escondido, donde ni el estruendo de las campanas las molesta. A veces incuban en un palomar. Puede ocurrir entonces que las palomas se vayan o bien que se acostumbren al extraño inquilino.
La hembra incuba ya a partir del primero de los huevos, que suelen ser 4 ó 7 (en años de abundante comida, incluso 11), resultando después los polluelos de muy diferentes tamaños. La incubación dura entre 30 y 34 días.
Los polluelos permanecen en el nido unas 8 semanas. Durante la primera semana, la hembra continúa cubriendo a los polluelos, y el macho acarrea la comida para toda la familia. En esta época, una familia de lechuzas consume unos 100 ratones cada mes.
En años de escasez de ratones, los polluelos más débiles se retrasan pronto en el crecimiento y mueren. Entonces los progenitores los despedazan y los dan a comer a los hermanos. En años de abundancia, algunas parejas emprenden en otoño una segunda incubación.
Las aves jóvenes hacen, en parte, largas travesías. Después de haber emigrado y haber pasado su primer invierno en zona más cálida, son ya sexualmente maduras y donde críen por primera vez, allí se quedarán el resto de su vida.
Donde son escasas las posibilidades de establecer el nido, se les puede proporcionar cajas espaciosas, con entrada suficiente que permita el paso del puño, y con un ángulo oscuro.
Dieta
Se alimenta básicamente de ratones. En años de abundancia acumula una provisión de ellos junto al lugar de dormir o de incubar. En años de escasez, las aves pequeñas constituyen una gran proporción de la dieta de las lechuzas, sobre todo aves jóvenes y aves del suelo. Esporádicamente también las mariposas nocturnas.
Como ave estrictamente sedentaria, la lechuza común se ve sometida a los rigores del invierno: tan pronto la capa de nieve supera los 7 cm de altura, su situación se hace difícil y en las regiones que tienen más de 40 días de nieve al año la lechuza está en situación crítica.
Las lechuzas jóvenes se desplazan lejos y se estacionan donde se produce una plaga de ratones.
La lechuza común caza, de forma prácticamente exclusiva, por la noche. En lo más avanzado del crepúsculo abandona su refugio-dormitorio, siendo con relativa frecuencia arrollada por los vehículos de las carreteras.
Antiguamente, los graneros agrícolas le ofrecían no sólo ratones, sino también cobijo. En la actualidad, cada vez existen menos instalaciones de este tipo.

El Tritón Pirenaico


El tritón pirenaico tiene la cabeza aplanada, la piel muy granulosa y unas características "uñas" negras en los dedos.
La coloración (parda, gris o verde) y el diseño del dorso varían de unos ejemplares a otros. Generalmente está recorrido por una línea vertebral amarilla, acompañada de pequeñas manchas del mismo color en los costados. Por debajo es naranja. Mide unos 14 cm y pesa 8,3 g.
Preferentemente habita en los arroyos y las lagunas (fríos y limpios) de alta montaña, pudiendo ocupar además los manantiales y las aguas subterráneas en zonas altitudinalmente menos elevadas. Sólo habita en los Pirineos.
Cuando vive a gran altura suele hallarse activo (principalmente por la noche) sólo durante el verano. Al contrario que en las áreas más bajas, donde si el agua se calienta por encima de los 17 grados centígrados, el tritón pirenaico se aletarga sobre el lecho de los arroyos.
El período de los incubamientos, la incubación de la puesta y la metamorfosis de las larvas puede durar más o menos en las diferentes poblaciones. El macho se esconde entre las piedras, dentro del agua, hasta que pasa una hembra. Cuando por fin sucede, se lanza sobre ella y ambos realizan la cópula, que puede alargarse varias horas. Posteriormente, la hembra pone unos 25 huevos, ocultos entre las piedras del fondo.
Fundamentalmente come insectos, caracoles y lombrices.
Entre los enemigos del tritón pirenaico destacan los peces, especialmente las truchas.

sábado, 30 de julio de 2011

El Tritón Ibérico

Drescripción

Es un anfibio urodelo (con cola) de pequeño tamaño, de aspecto esbelto y redondeado. La longitud total (LT, incluida la cola) de los machos varía entre los 6,7 y 7,5 cm., y la de las hembras entre 7 y 10 cm.
La cabeza es más larga que ancha, con el morro redondeado y los ojos pequeños y prominentes, presentando el iris un color dorado y estando recorrido por una banda negra a los dos lados de la pupila. Las glándulas parótidas son pequeñas y bien visibles. Posee unas patas pequeñas y poco robustas y entre sus dedos no existe palmeadura alguna.
Su cola es más larga que la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos, está muy comprimida por los lados y posee unas pequeñas crestas tanto por arriba como por abajo y acaba en punta, con un pequeño filamento llamado "caudal". La piel es lisa en el agua y granulosa en tierra, posee un surco longitudinal a lo largo de la espalda.
El color de la espalda de los machos es grisáceo con fondo amarillento, mientras que el de las hembras es más oscuro. Sobre ese fondo existen numerosas manchitas negras dispersas. Durante la época de celo, la espalda suele volverse de color pardo claro u oliváceo y aparece una llamativa línea blanca en los costados que delimita el vientre y se extiende en las hembras desde la boca a la cloaca, y en los machos llega hasta el extremo de la cola.
El color del vientre es durante todo el año naranja o rojo, pudiendo llegar a ser un color muy vivo, a veces amarillento, con unos pequeños lunares negros, alineados a los dos lados del vientre.
Durante el periodo de celo, las espalda es color pardo claro u oliváceo, con manchas irregulares negras. Cuando muda en la fase terrestre, el color es casi negro uniforme.
La hembra es de mayor tamaño que el macho, y su cabeza es ancha y con el hocico redondeado, y su cloaca tiene forma de cono; por el contario, el macho es menor, su cabeza es más estrecha, con el morro está más afilado, su cola está más comprimida lateralmente, y la cloaca tiene forma redondeada.
Hábitat y Distribución


Vive principalmente en masa de agua pequeñas o medianas desprovistas de vegetación y con aguas claras y frías. Se le observa con frecuencia en arroyos, lavaderos y pilones, fuentes, regatos, charcas, embalses, etc., gustándole también penetrar en cuevas o minas abandonadas y, en verano, salir del agua a ocultarse bajo piedras.
Puede llegar a encontrarse a unos 1.600 metros de altitud.
Es un endemísmo Ibérico occidental, y en España sólo está presente en Galicia y en zonas de la mitad occidental, ocupando Salamanca, Extremadura, los Montes de Toledo, Parte de Asturias, el Sistema Central y la zona occidental de Andalucía. En Portugal está presente en prácticamente todo el territorio.
Es bastante frecuente dentro de su área de distribución, siendo víctimas de atropellos sobre todo cuando comienzan las primeras lluvias del otoño.
Reproducción
Vive principalmente en masa de agua pequeñas o medianas desprovistas de vegetación y con aguas claras y frías. Se le observa con frecuencia en arroyos, lavaderos y pilones, fuentes, regatos, charcas, embalses, etc., gustándole también penetrar en cuevas o minas abandonadas y, en verano, salir del agua a ocultarse bajo piedras.
Puede llegar a encontrarse a unos 1.600 metros de altitud.
Es un endemísmo Ibérico occidental, y en España sólo está presente en Galicia y en zonas de la mitad occidental, ocupando Salamanca, Extremadura, los Montes de Toledo, Parte de Asturias, el Sistema Central y la zona occidental de Andalucía. En Portugal está presente en prácticamente todo el territorio.
Es bastante frecuente dentro de su área de distribución, siendo víctimas de atropellos sobre todo cuando comienzan las primeras lluvias del otoño.
Alimentación y costumbres
Los adultos comen larvas de dípteros, ditíscidos, odonatos, coleópteros, heterópteros, oligoquetos, ostrácodos, pequeños insectos, larvas de otros anfibios, y otros que caigan al agua. Durante el invierno, capturan en tierra invertebrados que no sean excesivamente duros.
Es el más acuático de todos los tritones, a pesar de lo cual tiene dos fases, la terrestre, que tiene lugar dependiendo siempre de la zona y el clima, desde mediados de verano, hasta el mes de noviembre y la acuática, el resto del año.
Tiene costumbres nocturnas durante la fase terrestre, siendo fácil observarlos en el agua durante el día, aunque las mayores poblaciones se observan de noche.
Es muy ágil en el agua y por el contrario torpe en tierra, moviéndose lentamente con oscilaciones. Cuando está en el agua, sale a la superficie para respirar, y lo hace rápidamente, dejándose luego hundir lentamente. Con las primeras lluvias del otoño incrementan su actividad.
Entre los animales que se alimentan del Tritón Ibérico, se encuentran las Culebra de agua (Natrix natrix), las culebra de collar (Natrix maura) y las víboras (género vipera).

El Tiburón Blanco

Descripción

El gran tiburón blanco o jaquetón es una de las criaturas más fascinantes y temidas de la naturaleza. Su sola mención provoca terror entre los bañistas (algo de culpa tiene Steven Spielberg y su famosa película Tiburón) y ha sido durante años injustamente atacado y masacrado por su inmerecida fama de insaciable devorahombres. La realidad es que cada año mueren en el mundo más personas por picaduras de abeja que por ataques de este escualo y cuando se produce algún incidente suele ser porque el tiburón confunde a su víctima con una suculenta foca, ya que el ser humano no se encuentra entre sus preferencias culinarias.
El jaquetón se caracteriza por tener el cuerpo robusto, con forma de huso y terminado en una cabeza cónica. Su dorso es de un color gris oscuro que contrasta con su blanco vientre. Posee dos aletas dorsales, siendo la primera más grande, y dos pectorales. Su piel es áspera y está cubierta de una especie de escamas duras llamadas dentículos dérmicos. En cuanto a sus medidas, suelen estar sobre los cuatro o cinco metros de longitud y los 1.200 kilogramos de peso, aunque se han llegado a encontrar ejemplares mayores de siete metros.
Tiene varias filas de dientes grandes y triangulares, de bordes aserrados tan afilados como cuchillas y tan pronto como uno se desgasta o rompe otra pasa a ocupar su lugar. Sus potentes mandíbulas pueden ejercer una fuerza trescientas veces mayor que las del hombre.
Al carecer de vejiga natatoria tiene que estar en constante movimiento ya que si parase de nadar se hundiría y moriría. Asimismo, su sistema respiratorio necesita que entre agua en las branquias constantemente.
Uno de sus sentidos más desarrollados es el oído ya que tiene unas células en su morro y laterales que le permiten detectar las corrientes electromecánicas, las vibraciones y los sonidos de baja frecuencia. Su sensible olfato le sirve para percibir una gota de sangre a kilómetros de distancia y su vista también está muy acusada.
Hábitat y distribución
El tiburón blanco se encuentra distribuido a lo largo de las regiones boreales, templadas, subtropicales y tropicales de ambos hemisferios. Suele encontrarse en la plataforma continental, cerca de la costa, en Sudáfrica, costa oeste y noreste de Norteamérica, Nueva Zelanda, Japón, China, Sudamérica, Australia y mar Mediterráneo. En la península Ibérica puede encontrarse en el Mediterráneo, Atlántico y Canarias aunque no es muy frecuente su avistamiento en nuestras aguas.
Resulta curioso que la mayor amenaza para el tiburón blanco, considerado durante siglos como un gran peligro para el hombre, sea precisamente el ser humano, debido sobre todo a la explotación comercial y recreativa, a las capturas accidentales en artes de pesca (palangre,, cerco, arrastre, redes fijas...) y en redes de protección de playas y a la degradación de su hábitat natural.
Su peculiar biología tampoco ayuda a la hora de preservar la especie y le hace muy vulnerable a la sobreexplotación debido a su baja tasa de reproducción y su no muy larga vida (alrededor de 30 años). Su curiosidad y descaro, así como su tendencia a concentrarse en determinadas zonas, donde la comida es abundante, también hacen de él una presa fácil de capturar por algunos descerebrados que encima creen estar haciendo un bien a la sociedad liberándola de tamaño "monstruo".
La explotación comercial del tiburón blanco se basa en algunas partes de su cuerpo, como los dientes, mandíbulas y aletas, que son muy valorados por coleccionistas sin escrúpulos de todo el mundo. También son apreciados su aceite de hígado, piel, esqueleto y carne (considerada un manjar en algunos lugares).
El gran tiburón blanco se encuentra protegido en zonas como California, costa este de Estados Unidos, golfo de México, Islas Maldivas, Sudáfrica, Namibia, algunas áreas de Australia (Tasmania, Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Queensland), aguas israelíes del Mediterráneo y mar Rojo.
Incomprensiblemente, según la Convención de Barcelona, se encuentra considerado como especie amenazada en el Mediterráneo pero no está protegido en estas aguas, a pesar de que hay zonas como el canal de Sicilia que son lugares de cría habituales.
Reproducción
El tiburón blanco busca en las aguas templadas sus zonas de reproducción y cría. No es capaz de reproducirse hasta cerca de los nueve años de edad y suele tener entre 4 y 10 crías en cada parto (cada dos o tres años), de las cuales muchas no llegarán ni a nacer siendo devoradas por sus hermanos en el interior de la madre.
Los pequeños nacen vivíparamente (en primavera o verano) y son autosuficientes desde su nacimiento, más les vale ser unos rápidos nadadores o su madre se los comerá nada más tenerlos.
Alimentación y costumbres
 
Es, junto a la orca, uno de los mayores depredadores marinos y su espectro de presas es muy amplio y variado (¡en su estómago han llegado a encontrarse hasta matrículas de coche!). Suelen alimentarse de grandes peces (atún, bacalao, pez espada ...), tortugas, focas, leones marinos, otros tiburones, pequeñas ballenas y algún que otro delfín. Tampoco se lo piensan demasiado a la hora de alimentarse de animales ya muertos.
Curiosamente suelen rechazar a las nutrias y las aves marinas como alimento. Su metabolismo es muy rápido y eso les hace tener siempre un gran apetito. A pesar de tener más de 3.000 dientes no mastican a sus presas sino que las desgarran y se tragan los pedazos.
Al contrario de lo que se suele pensar, los tiburones blancos son animales sociales con patrones de conducta bastante complejos, aparentemente "hablan" unos con otros mordiendo y cogiéndose con las mandíbulas suavemente (de ahí sus numerosas marcas y cicatrices. A pesar de su mala fama, no se dedican a ir a la caza de seres humanos y cuando se produce algún ataque es porque el tiburón los confunde con alguna de sus presas habituales o bien por este curioso modo de relacionarse, esto explica que no los devore luego.
Los jaquetones suelen vivir cerca de la costa, aunque se les ha llegado a ver a más de mil metros de profundidad. Son grandes cazadores, ágiles (pueden realizar impresionantes saltos en la superficie), rápidos y eficientes, atacan a sus víctimas, por sorpresa, desde abajo y tras una primera dentellada mortal, esperan a que se desangren.
Los tiburones blancos son capaces de recorrer grandes distancias y aunque recientes estudios parecen demostrar que son animales nómadas, también se ha demostrado que algunos viven regularmente en sus zonas favoritas (golfo de Spencer, Australia; islas Farallon, California y Dyer Island, Sudáfrica) para alimentarse. Suelen viajar solos aunque se han dado casos de parejas e incluso de grupos de siete u ocho escualos.

La Culebra bastarda


a culebra bastarda es la mayor de la Península y de Europa. Puede llegar a medir 240 cm, si bien las hembras son más pequeñas.
Su cabeza es alargada y tiene el hocico puntiagudo, con una depresión entre los ojos y los orificios nasales. Las escamas sobre los ojos son prominentes, lo que confiere a su mirada un aire penetrante y feroz, y las dorsales son puntiagudas con un pequeño surco longitudinal en el centro. Su cola es larga y delgada.
El color de los adultos varía entre el gris claro, el pardo o el verde oliva. En los machos adultos y en ejemplares viejos la zona anterior del cuerpo toma una coloración gris oscura conocida como "silla de montar". El vientre suele ser amarillento o blancuzco.
Es agresiva y si es molestada se erguirá como una cobra y hará notar su enfado con un siseo penetrante. Su veneno, de efectos locales, es inoculado por unos colmillos posteriores que sólo llegan a morder cuando su presa ya está bastante dentro de su boca, por lo que su mordedura, aunque puede ser dolorosa, no es peligrosa para el hombre.
Le gusta el calor y ocupa principalmente la zona mediterránea, pero en la meseta puede vérsela hasta los 1.500 m de altitud. En la Península Ibérica sólo falta en la Cornisa Cantábrica y los valles de los Pirineos. Ocupa principalmente los ambientes soleados, las zonas abiertas o de matorral o bosque, zonas rurales, cultivos... Es de costumbres diurnas y se desplaza a gran velocidad. Durante el verano le gusta subirse a los árboles.
La cópula tiene lugar en abril o mayo, y dará como resultado un número de huevos variable que dependerá en última instancia del tamaño de la hembra. La puesta se hace entre las hojas muertas. Los huevos eclosionan en agosto o septiembre. En octubre y hasta marzo la culebra bastarda hiberna.
Sus presas son insectos (sobre todo de los jóvenes), lagartijas, lagartos y otras culebras, así como roedores y otros pequeños mamíferos y pollos de pequeños pájaros.
Es frecuente encontrarla; sin embargo, como todas las grandes serpientes españolas, sufre persecución por ignorancia o por miedo. Sus poblaciones también acusan los efectos de los atropellos y de la disminución de sus presas.
No olvidemos que muchas veces los reptiles se alimentan de especies molestas para el hombre. Debemos protegerlos, entre otras razones, porque son nuestros mayores aliados contra las plagas, además de una de las mayores riquezas de nuestro patrimonio natural.

viernes, 29 de julio de 2011

El Águila Culebrera


Características

El águila culebrera alcanza una envergadura alar máxima de 180 cm, aproximadamente lo mismo que la garza real, pero como planeador soberano es de constitución mucho más ligera.
En vuelo llaman la atención sus partes inferiores claras. Las oscuras puntas de las alas se destacan netamente de la cara inferior de las alas, provistas de delicadas hileras de color. Sólo a corta distancia se aprecia el azul pizarra de los pies y del pico.
La gran cabeza, en la que destacan sus grandes ojos amarillos, recuerda algo a las lechuzas.
Hábitat
El águila culebrera precisa de campiñas abiertas y soleadas, con árboles diseminados o monte bajo.
En la Europa central medieval, desde el punto de vista agrícola cubierta de pastizales y con los árboles ya talados, el águila culebrera era nativa de toda ella, aunque no se pueda decir que fuera frecuente en ningún lugar concreto. Con la aparición de los abonos químicos, cada vez fueron más las praderas que se surcaron con el arado, desapareciendo esta gran ave de nuestro alrededor, lo mismo que su comida, los reptiles. Las últimas águilas culebreras fueron abatidas hacia finales del siglo pasado para incluirlas en colecciones científicas, o bien sus huevos fueron sustraídos, sin que nadie dijera una palabra en su defensa.




Su área de distribución en dirección sur termina en el norte de África; hacia el este, en cambio, se extiende hasta muy adentradas las estepas asiáticas, bastante más allá de la India.


Las águilas culebreras son aves estrictamente migratorias, que pasan los inviernos en las sabanas próximas al ecuador, donde son nativas otra gran cantidad de especies culebreras. Nos abandona en septiembre y vuelve entre marzo y abril para criar.


Se haya distribuida por toda la Península Ibérica, aunque resulta menos común en el litoral cantábrico y en las extensas llanuras cultivadas de las dos mesetas. Un escaso número de individuos invernan en el sur peninsular.


Reproducción


En la época de celo el macho hace oír su voz, que suena algo lastimera, en el territorio de su nido y ejecuta repetidos vuelos en picado.
El nido lo suelen disponer en árboles bajos, en regiones sin árboles o sobre los arbustos que crecen en las grietas de las paredes de rocas escarpadas. Lo construyen ellas mismas. Algunas veces se acomodan en uno de otras aves, que suele resultar soprendentemente pequeño para las grandes dimensiones del águila culebrera.
La hembra incuba en mayo y junio, durante aproximadamente 35 a 40 días, un único huevo blanco, cuya longitud supera los 70 mm y, frente a cualquier emergencia, se mantiene casi siempre sobre el nido.
El polluelo permanece entre 60 y 80 días en el nido, siendo abrigado al principio todavía por su madre, mientras el padre procura traer alimento para ambos.
La joven águila, ya en temprana edad, puede devorar serpientes que pesan mucho más que ella. La parte de serpiente no deglutida le cuelga del pico durante largo tiempo, siendo igualmente engullida, una vez que la digestión va progresando.
Los jóvenes son de una tonalidad de color mucho más pálida que los adultos, y presentan una cabeza temporalmente casi blanca.
Dieta
El águila culebrera se alimenta sobre todo de serpientes. Además, según las oportunidades, come lagartos, ranas, aves que viven en el suelo, caracoles o insectos.
Águila
culebrera (Circaetus gallicus)Como ave de alimentación especializada, necesita un dilatado territorio de caza que, planeando a gran altura, escudriña en busca de sus víctimas. Una vez ha localizado a una, permanece cernida unos instantes en el aire aleteando.
Las águilas culebreras se atreven con serpientes de hasta dos metros de longitud, a cuyo alrededor bailotean dando aletazos, de tal manera que la serpiente no encuentra refugio posible frente a los picotazos posiblemente mortales del águila. Después, el águila la agarra por la nuca y la lucha llega a su fin. Normalmente, las águilas vencedoras emprenden el vuelo con la serpiente balanceándose pendiente de su pico, para devorarla en la copa de algún árbol. Si la serpiente es pequeña, se la tragan en vuelo.
El macho puede llevar hasta el nido grandes serpientes metidas en el buche, y el polluelo las saca como si tirara de una cuerda.